miércoles, 11 de abril de 2018

Informática y felicidad en el trabajo



Nadie puede decir qué es la felicidad en el trabajo, pero sí se puede dar lugar para que cada uno construya la suya”
El rol del People Operations cobra más fuerza en España.

En los últimos años, las empresas tecnológicas en España están necesitando cada vez más profesionales relacionados con ciencias, matemáticas o informática. En este país se está viviendo un real apogeo debido al crecimiento de las empresas de servicios online que cada vez requieren más de estos trabajadores. Existen diferentes propuestas para captar y retener este talento, entre ellas, las que proponen un lugar donde estos profesionales “puedan ser felices en el trabajo”.

Muchas consultoras y empresas especializadas en captación de talento reconocen que para mejorar la productividad es “necesario tener trabajadores felices”, por lo que en algunos casos contratan psicólogos, profesionales responsables de felicidad y desarrollan innumerables filosofías para que todo el mundo esté contento y aplicado. Sin embargo, puede que en algún punto esto llegue a ser ficticio en algunas empresas tecnológicas.

Francisco Cobos, CPO (Chief People Operations) & Agile Coach lleva años experimentando y acompañando a más de 80 técnicos informáticos en la empresa tecnológica de integraciones online XML Travelgate en la que trabaja como un coach interno que acompaña a las personas para que se sientan bien, hagan su trabajo y puedan crecer profesionalmente.

El rol del People Operations está cobrando cada vez más fuerza en España puesto que cumple un papel de persona que resuelve situaciones dentro de una empresa y que aplica agilidad en el trabajo diario. Según Francisco Cobos, el objetivo de este trabajo es “desafiar las estructuras y el know-how, poniendo a la gente en una situación incómoda-positiva de cara a los procedimientos, creando inconformidad que estimule formas de impulsar procesos y cambio, cuestionando la manera en que vivimos, pensamos y trabajamos”. Éste profesional relaciona sus tareas diarias y se autodenomina como “el desatascador”, pues intenta que las cosas fluyan, que los enredos no sean tal.

Dar valor al trabajo diario o la felicidad

De nada sirve obsesionarse por ser feliz en el puesto que ocupamos si no hacemos nada por cambiarlo, darle valor y renovarlo cada día. No existe el trabajo perfecto, ni la compañía ideal, y la felicidad laboral no dura para siempre. Por este motivo, en XMLTravelgate afirman que tienen en cuenta al individuo, a fin de cuentas, las culturas empresariales hablan de forma plural, pero la cultura está dirigida a los individuos, siendo estos los que la enriquecen con su aporte.

Nadie puede decir qué es la felicidad, solo uno en sí mismo la puede definir. Algunas empresas ya tienen problemas relacionados con la supuesta felicidad en el puesto de trabajo, ya que esto se utiliza más como una herramienta de marketing que le quita importancia a lo realmente importa, la gente. Teniendo en cuenta que, los individuos son ‘únicos’, ¿cómo puede una empresa decir lo que es bueno para todos? Además, ¿cómo puede una empresa aplicar los mismos beneficios a todos por igual?”, reflexiona Cobos.

Los perks ya no compensan a la hora de contratar


Sería absurdo e incluso banal el pensar que se puede comprar la felicidad con una determinada marca de bebidas o aperitivos, la gente y sus intereses están por encima de todo esto. “Curiosamente, la gente valora mucho más la formación, el tiempo libre, la flexibilidad, la confianza y la libertad, si a eso le sumamos un buen café a disposición cada vez que lo desee, tenemos el cocktail perfecto”, afirma Francisco Cobos.

La reflexión se entiende ya que las personas son diferentes en las organizaciones. Todos aportan algo que ayuda a complementar como un equipo, por ello, desde XML Travelgate entienden que nadie puede estandarizar ni vender la felicidad en el trabajo, pero en cambio, sí que puede proveer un entorno que favorezca a las personas y que desarrollen la felicidad como ellos la perciben o la idealizan.

Suena difícil, pero no lo es tanto


Para un Ingeniero de DevOps, la felicidad en el trabajo puede ser entrar más tarde por las mañanas o incluso trabajar dos días desde casa. Para un ingeniero de BackEnd, la felicidad puede ser ajustarse a su horario al milímetro para poder desconectar al salir y estar con su familia; para otros, poder disponer de tiempo para correr un poco y luego comer a las 15:30h.

La felicidad en el trabajo no solo son los horarios, está también el factor profesional, en programación no basta con hacer un curso sobre una nueva tecnología, para aprender tienes que ‘picar código’, es decir que tienes que programar. Nuestra gente es muy curiosa y tiene muchas ganas de aprender, como empresa, hemos creado el ambiente en el que cualquiera puede solicitar moverse de un proyecto a otro, o cambiar de comunidad para hacer algo que le inspire, motive o se adapte mejor a sus necesidades de aprendizaje”, explica el CPO de XML Travelgate.

Hasta aquí todo bien, pero, ¿y qué pasa si el rendimiento de una persona no es el esperado?. “En nuestra empresa siempre investigamos los motivos por lo que esto ocurre, tenemos establecidas reuniones periódicas con cada persona, la primera al cumplir el primer mes. Para XMLTravelgate el ambiente de trabajo es muy importante, incluimos en nuestro equipo a la gente que creemos que será buen compañero/a por delante de cualquier conocimiento que tenga”, concluye Francisco Cobos.

En definitiva, ninguna empresa tiene la obligación de hacer feliz a cualquier trabajador y no existe la empresa ideal. Por definición, una compañía no está para hacer feliz a la gente. Cabe preguntarse si una compañía ha de ser feliz o más bien rentable, desde el respeto y el cuidado de los empleados, y que éstos puedan desarrollarse profesionalmente. La organización debe facilitar que sus profesionales estén formados, que concilien, que puedan desarrollar su carrera, pero no que sean felices.

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